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¿Cuáles son las mejores prácticas para apostar?

A la hora de apostar, hay que tener una serie de normas básicas. Si las seguimos con constancia, notaremos los resultados positivos a medio plazo, sin lugar a dudas. No hace falta ser Einstein para seguir dichas reglas, así que anímate y cumple estas buenas prácticas que aquí te contamos.

CORTO PLAZO VS LARGO PLAZO

A la hora de realizar una apuesta deportiva, está claro que los resultados están influenciados por la suerte que tenga uno en el corto plazo. Sin embargo, la diferencia es que en largo plazo los resultados de una determinada jugada tienden hacia su valor esperado.

Entre las estrategias a corto plazo en cualquier deporte y mercado que acudamos sin duda la número uno son las apuestas en directo, ya que con estas en muy corto tiempo podemos obtener muy buenas ganancias con muy poco dinero.Por ejemplo, para el fútbol, podemos tomar unos 5 o 6 partidos durante el día, en donde analizaremos los posibles mercados a apostar, en donde se supone que la selección de estos represente las ganancias que estamos buscando para lograr la meta impuesta para ese día, en donde si apostamos unas 5 o 6 veces es posible que mediante cuotas medianas podamos lograr ese objetivo trazado.

Por el contrario, en las apuestas deportivas debemos saber calcular las ganancias siempre a largo plazo, por lo menos entre 1 y 3 meses, ya que en esta actividad no nos haremos ricos de la noche a la mañana, y tal vez este sea un pensamiento equivocado que solemos llegar a tener. Es decir, si empezamos con 100 euros, y queremos ganar 1000, habrá que planificar estrategias a largo plazo y calcular generar estas ganancias, donde la idea será hacerlo con calma y sin prisa. Así, los resultados que se tengan siempre serán mucho más atractivos en todos los sentidos, ya que se tendrá más dinero, se perderán menos apuestas y también no tendremos tanta presión que si estamos todo el tiempo mirando cómo vamos a ganar diariamente.

RIESGO VS RECOMPENSA

Las apuestas deportivas versan sobre sopesar el riesgo que corremos en la apuesta y la recompensa que obtenemos por ella. Toda apuesta entraña un riesgo. A mayor cuota, mayores riesgos de perder nuestro dinero. Sin embargo, no son los económicos los únicos peligros a los que un apostante se expone, incluso pueden no ser los más graves. Ganar nuestras apuestas en cierta forma supone derrotar a un adversario, a otro apostante o corredor de apuestas posicionado de forma complementaria. Por lo tanto, cuando ganamos no sólo obtenemos nuestro beneficio, sino que además experimentamos el emocionante placer de la victoria, y la satisfacción personal de ser capaces de adivinar un pronóstico.

Ganar, pues, no solamente tiene un efecto económico en nuestra cuenta bancaria, sino que añade un componente psicológico y emocional muy importante. Igualmente, perder supone un revés monetario y un golpe a nuestra autoestima. Como apostantes, debemos tener en mente esto para evitar que una racha de buenos resultados conviertan nuestra operativa de apuestas en la bien conocida ludopatía, o bien que una racha de malos resultados puedan desembocar en depresión o en el abandono de unos sistemas de apuestas que, sostenidos pacientemente en el tiempo, retornarían a la senda de los beneficios.

¿MERCADOS RENTABLES?

Generalmente, son aquellos que cumplan con una serie de condiciones básicas, como la liquidez (mercados que tienen una gran cantidad de volumen de apuestas para poder tener margen), el volumen de eventos (mercados donde haya mucha actividad para poder seleccionar aquellos eventos que nos interesen), temporadas largas, y eventos continuos (mercados que garantincen la periodicidad de distintas selecciones). Por lo tanto, lo mejor es saber combinar diferentes deportes con el fin de tener una media de selecciones o pronósticos lo suficientemente alta como para rentabilizar la inversión de tiempo y dinero gastado.

RACHAS

Como consejo, os podemos decir que los mercados más rentables son el tenis (partidos diariamente), fútbol (entre semana, fines de semana,…), baloncesto (tanto en Europa como en USA), o los deportes americanos (con partidos diarios en temporada alta).

Nuestro primer consejo para pillar una racha positiva es fácil y sencillo: apuesta a lo que conoces. Siempre que realizamos una apuesta, nos basamos en datos objetivos y subjetivos. Los objetivos son las estadísticas que tienen los equipos y sus jugadores, la lista de lesionados, la dinámica del equipo,etc. Pero la interpretación de los mismos es subjetiva, por lo que va a ser la base a partir de la cual valoraremos los porcentajes de victoria.

Ahora, una mala racha es el prolongamiento de sucesos desfavorables (en este caso, perder varias apuestas seguidas) que, en principio, estaban basadas en buenos pronósticos. Por ello, no hay que confundir una mala racha con una racha de malos pronósticos, porque no depende de la buena o mala fortuna que hayamos tenido, sino de que nos hemos equivocado al intentar acertar en algún evento. Por lo tanto, la cantidad de dinero destinado a las apuestas junto con una adecuada gestión del mismo debe ser suficiente como para no caer nunca en la banca rota debido a una mala racha.

Para terminar, nuestro mejor consejo: la clave para ser un buen apostador reside en controlar el overbetting (apostar más de lo que se debe) y esperar el value (la probabilidad de que suceda algo es mayor que la estimada inicialmente), apostar sólo en aquellos mercados de los que tengamos información y cuando la cuota lo merezca.

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